Este diccionario de lunfardo, con casi seis mil entradas, es el único que da cuenta de la etimología de los vocablos y resulta incomparable por su rigor científico, lo que redunda en una mayor claridad y facilita las búsquedas.
La palabra lunfardo, que en su origen significó "ladrón" define un extenso vocabulario que nació en las ciudades rioplatenses y se extendió luego al resto del país y a las naciones limítrofes hasta instalarse definitivamente en nuestra habla cotidiana.
Las palabras que usamos son mucho más que un medio de comunicación: en su conjunto reflejan un modo de ver el mundo, de categorizar la realidad, de entenderla, en suma, de vivirla. Y sólo nacen cuando el hablante no tiene otras mejores para expresar lo que quiere decir. Los lunfardismos no escapan a esta ley, y constituyen un potente caudal que enriquece nuestro idioma y contribuye de manera indiscutible a construir nuestra identidad.
La presente edición, corregida y aumentada, incorpora nuevas acepciones de términos ya registrados y añade voces que no contaban con registro hasta la fecha, como cachengue, ladri, roche, tarlipes y viejazo, entre otras.