No es de extrañar que los cuentos de Quiroga sean oscuros, gélidos y estén plagados de connotaciones macabras, que la muerte sea soberana y que los finales felices no existan en su prosa. Fue un hombre golpeado por la fortuna, remecido por la tempestad de una vida que parecía no mejorar. Tampoco es de extrañar que Quiroga nos atrape con sus animales, su selva, sus hombres y mujeres desafortunados y tristes. Esta recopilación de cuentos reúne a la mayoría de sus bellas creaciones con pequeñas ilustraciones de sus animales que plagan su obra para el deleite de todos.