En el clásico de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio, Elizabeth Bennet no espera tener que ver al Sr. Darcy después de su desastrosa propuesta de matrimonio en la casa parroquial, Hunsford. ¿Pero qué hubiera pasado si algunos asuntos familiares hubieran requerido que él se quedara en Rosings luego de haberle entregado su carta? Enfrentarse cara a cara con el Sr. Darcy tan solo unos días después, pudo darle a Elizabeth la oportunidad de llegar a entenderlo... ¿o la oportunidad para tener aún más malentendidos?