Aun siendo el arte marcial más antiguo y para muchos la cuna de todos los estilos de lucha orientales conocidos, el Kung-fú posiblemente nunca habría conseguido la popularidad del Kárate o el Judo, por ejemplo, sin que lo hubiera practicado ese legendario maestro llamado Bruce Lee. Y es que la gran amplitud de China ha sido siempre el gran problema para su estandarización, imposibilitando recopilar las técnicas, los estilos y las formas, tal y como acertadamente hicieron los japoneses con el Judo. Si a esto añadimos los diversos dialectos que allí se hablan y los muchos invasores que asolaron el país durante siglos, es fácil comprender que el arte del Kung-fú no sea uno sólo, sino muchos y muy variados.
Desde los estilos del norte de China, con su especialidad en el uso de las patadas, pasando por la estabilidad de las técnicas de mano del sur, hasta llegar a todas las técnicas que surgieron del estudio de los animales, las artes marciales chinas ciertamente abarcan todos los estilos marciales del mundo. Pero esto, que a primera vista pudiera parecer óptimo, se convierte en el mayor enemigo para su difusión mundial, ya que nadie sabe si el Kung-fú que está aprendiendo es real o simplemente inventado por un profesor habilidoso.
Pues a pesar de lo difícil y complejo que es el mundo del Kung-fú se hacía necesario realizar un libro que aglutinase lo mejor de cada estilo, impidiendo así que alguien catalogase como Kung-fú lo que nunca fue tal. Además, casi todo lo que hay publicado, incluso a nivel mundial, se refiere a un estilo en particular, precisamente el que practica su autor, pero apenas si existen obras que traten de explicar y esquematizar el conglomerado de técnicas y estilos que existen. Para llegar a reunir tantos datos el autor ha tenido que hacer dos cosas esenciales: documentarse en las mejores obras del mercado, y practicar él mismo Kung-fú, disciplina en la que llegó a alcanzar el Cinturón Negro 4º nivel.
El reto está ya en sus manos, amigo lector, pues a pesar de que el origen de los diferentes estilos es incierto, se hacía necesario escribir y tratar de decir la verdad sobre el aspecto histórico y técnico de cada uno, aunque esto demostrase que algunos habían nacido en este siglo y otros no tenían unas bases seriamente establecidas. Finalmente, y para evitar en lo posible opiniones poco objetivas, se ha recopilado todo cuanto de importancia se ha publicado sobre el Kung-fú, tanto en España como en el extranjero, y con ello se ha tejido una madeja para conseguir una obra seria, pues en este libro no hay un solo dato que no haya sido verificado al menos en dos autores diferentes.
Disfruten, pues, los lectores con esta obra, y que ella les sirva para mejorar mucho más aún su interés por el Kung-fú.