Si bien, me declaro seguidor de las mejores propuestas del presidente Álvaro Uribe Vélez, también es cierto que en su momento critique duramente factores clave de su gobierno como las chuzadas, los falsos positivos, la para política, entre otros aspectos negativos que tuvo en el ejercicio de sus dos periodos de mandato (atribuibles solamente por el hecho de ser la cabeza de las fuerzas armadas que fueron autores materiales de los hechos y por ser la punta de la lanza en la línea de mando, mas no por ser victimario ni ejecutor directo de tales hechos).
En base a esto, ofreceré un relato, lo más imparcial posible, acerca de los hechos que enlutan mi país (COLOMBIA), pero que culminaron con desastres y hecatombes políticas, militares y sociales que brindan un panorama muy nublado para el futuro de nuestra nación. Mucho más ahora, que nos enfrentamos a un “plebiscito” que trae consigo más problemas (si las políticas que desarrollaran en base a este se hacen realidad) que ventajas para nuestro país.
Colombia, rica en oro, esmeralda, biodiversidad, uranio, coltán, cobalto, agua, carbón, petróleo, gas natural, talento humano, etc., ha sido un país, que lamentablemente todavía continua siendo tercermundista, porque el cáncer lo acogió hace 50 años (las Farc), y los pañitos de agua tibia que se utilizan en cada mandato presidencial, que no logran mermar el daño que cada día se siente con bombas, narcotráfico, terrorismo, asesinatos, etc. Si han vivido o conocen a nuestro país… sabrán que este cáncer es la violencia, derivada del narcotráfico que (permitida o no por el estado) viene de muchos sectores que se estudiaran en su debido momento.
Por tal razón, les ofrezco esta breve pero entretenida historia de nuestro país; en la cual, sin ser yo un periodista, analista social ni político, cuento (al igual que la mayoría de mis compatriotas) con la experiencia de vivir de manera directa, tanto el flagelo del terrorismo, como la desfachatez y la cara dura de algunos de sus dirigentes al tener no la entereza moral y los pantalones para enderezar el destino de nuestra nación.
Así nace esta historia, con las ganas de mostrar a mis compatriotas, una serie de hechos que parece que el colectivo en general olvidara a pesar de haber sucedido hace poco, lo que les ha permitido a algunos políticos, ejercer malas políticas de estado, obviar la defensa de nuestra nación, dar terreno espacio político al terrorismo, y evitar solucionar los problemas de fondo que sufre constantemente el país.
Este es un relato, centrado en las políticas de estado del peor presidente que hemos tenido en toda la historia de la nación. El título, la patria boba, evoca aquellos momentos donde el estado colombiano se dejó embaucar de nuevo de los españoles, por no estar unidos, sino separados en rencillas internas que fueron hábilmente utilizadas para volver a apropiarse del territorio colombiano.
Tal es la situación actual, donde estamos separados en dos bandos que me recuerda al poema de facundo Cabral, Los pendejos: “y al ser mayoría, eligen hasta al presidente”. Nuevamente, estamos ad portas de un proceso decisivo para nuestro país: el “plebisantos por las Farc”. Y me preocupa mucho que esa mayoría que pueda ser conformada por “pendejos” que quieran ser tontos útiles y prestarse para que el estado colombiano caiga en manos de los terroristas.
Si el congreso se ha arrodillado ante el presidente por 7 millones mensuales que les regala por decreto, se ha preguntado ¿que pasara con estos mismos congresistas cuando los terroristas le ofrezcan 50 millones mensuales con los 25 mil millones de dolares que tienen y que no van a entregar? Y si no aceptan vender su alma y a Colombia ¿se ha preguntado si los terroristas usaran los fusiles que tampoco van a entregar? ¿PLATA O PLOMO?
Con esto, trato así de encender una vela en la oscuridad política de Colombia. Porque ante la oscuridad, la solución es simplemente encender una vela, no maldecir la oscuridad.