¡Mira cómo habla…! sorprende con refrescantes puntos de vista sobre los trastornos de la fluidez verbal, a partir de las incidencias para evitar que un niño con alteraciones en su habla derive en tartamudez.
En una composición integrada de relatos y ensayos, el autor no sólo promueve la opción preventiva a favor de los niños en similar trance; desmonta también las creencias sobre la tartamudez; devela la intimidad de los disfluentes en su cotidianidad, y llega a la médula de esa indiferencia renuente a erradicar del planeta “una de las influencias sociales más desmoralizantes, perplejas y aterradoras de nuestra cultura” (W.Johnson).
Mucho más que una forma atractiva de tratar un problema, es un replanteamiento del mismo con mirada distinta; es solidaridad y estímulo al grupo objetivo, al doliente; es una convocatoria optimista a quienes se sientan libres de trastorno alguno.