Desde épocas inmemoriales, los dioses incas pasaron a ocupar el centro de los relatos más fantásticos y la promesa de retorno, que fue ya una vez confundida con la llegada de los españoles. En las leyendas, los dioses son blancos, altos, rubios, con barba y ojos azules, que construyeron las ciudades más viejas de América. Y cuando el curtido pastor de llamas, en los andes observa el cielo y siente la llegada del viento y la lluvia, anunciando el fin de la estación seca, evoca al creador de su mundo andino, y exclama... ¡Viene Wiracocha! ¡Viene el Inti y todos los apus! Se renovara la Pachamama.